Dolcett

Soy carne.

Uno de los tantos sueños de mi vida es poder culminarla siendo cocinada, servida y comida, estando consciente hasta el último segundo posible para disfrutar mi voluntaria y deliciosa condena.

La idea de abandonarme en un único acto de entrega al placer de otras personas me eriza la piel y acelera mi corazón como si en cualquier momento fuera a detenerse. Babeo de imaginar el exponencial placer qué sufriría en ese momento, donde a manos de otros muera siendo carne, deliciosa, golpeada, acuchillada, mordida, arrancada y consumida con dolor y gozo de cumplir mi propósito lleno de agonía.

Quisiera escribir más, mejor y con mucho más detalle, pero esto me sobrepasa, el temblor en mis manos y mi mandíbula no me permite concentrarme, mi mente está invadida de una sola idea, de un sólo propósito. Soy carne.

Autor: Roberto González Rivera