(+18) Chinpotsuki Ijimerarekko | «Dickgirl!», The Bullying Story:

Bienvenidos a los recovecos más oscuros y atrevidos del manga, donde lo bizarro y lo erótico se encuentran para crear una obra que, contra todo pronóstico, te dejará pidiendo más.

De la mente perversa y brillante de Sannyuutei Shinta llega «Chinpotsuki Ijimerarekko | «Dickgirl!», The Bullying Story», un título que desde el primer vistazo te hace pensar: «¿En serio estoy leyendo esto?». Y sí, estás leyendo exactamente eso. Pero déjame decirte que una vez que te sumerges en sus páginas, te espera un viaje tan extraño como adictivo, y créeme, nunca habías visto el bullying tratado de una forma tan… creativa.

El arte de lo inesperado: Belleza en la rareza
Primero, vamos a darle crédito a Shinta por su arte. A simple vista, podrías pensar que el dibujo es solo otro intento de manga con un estilo promedio, pero en cuanto empiezas a pasar las páginas, te das cuenta de que hay algo más, algo más oscuro, más atrevido. Las líneas suaves y los detalles en los rostros hacen que cada expresión, cada mirada furtiva y cada momento de incomodidad se sienta tan palpable que casi puedes sentir el calor subiendo por tu cuello. Y sí, te atrapa. Es bello en su rareza, y es justamente esa belleza lo que te mantiene pasando página tras página.

La trama que no puedes dejar de mirar, como un accidente de coche en cámara lenta
La premisa del manga es tan absurda que simplemente funciona. Tenemos a una chica que, por caprichos del destino o de un dios del manga particularmente juguetón, posee atributos que no son exactamente lo que esperarías en una típica protagonista femenina. Y cuando digo «atributos», bueno, me refiero a algo que añade una capa extra de complejidad a su ya complicada vida escolar. Pero aquí es donde Sannyuutei Shinta se luce: en lugar de usar este «detalle» como una mera táctica de shock, lo convierte en el motor de una serie de eventos que son, por decirlo suavemente, alucinantes.

Página tras página, el manga te lanza giros inesperados que oscilan entre lo hilarante y lo perturbador. Es como si Shinta tuviera una lista de las cosas más bizarras que uno podría pensar y hubiera decidido ponerlas todas aquí, solo para ver cómo reaccionas. Y lo que es más sorprendente, en lugar de alejarte, te encuentras cada vez más intrigado, como si estuvieras hipnotizado por lo que vendrá después. De alguna manera, entre tanto caos, termina volándote la cabeza. Y lo mejor (¿o peor?) es que te gusta. ¡Quieres más!

El dulce sabor de lo prohibido
Hay algo casi prohibitivo en leer «Chinpotsuki Ijimerarekko». Como cuando sabes que no deberías comer ese último pedazo de pastel, pero igual lo haces. El manga juega con tus expectativas, y lo hace con un toque de humor negro que es tan incorrecto que se siente delicioso. ¿Cómo puede algo tan equivocado sentirse tan bien? Esa es la magia retorcida de este manga. Con cada nuevo capítulo, te encuentras riéndote a carcajadas o mirando fijamente la página, no muy seguro de si deberías estar disfrutándolo tanto como lo haces.

¿Vale la pena? Oh, sí, y más…
«Chinpotsuki Ijimerarekko | «Dickgirl!», The Bullying Story» es como ese cocktail especial que encuentras en un bar oculto: no estás del todo seguro de los ingredientes, pero después de un par de sorbos, estás completamente enganchado. Claro, no es para todos. Si te ofenden con facilidad o prefieres que tus mangas sean un poco más… convencionales, este no es para ti. Pero si estás dispuesto a dejarte llevar por un paseo tan retorcido como entretenido, entonces definitivamente necesitas darle una oportunidad.

Este manga no solo rompe moldes; los toma, los sacude, los vuelve a armar y luego se ríe de ellos. Es una experiencia que te desafía a salir de tu zona de confort, a enfrentarte a tus propias ideas preconcebidas sobre lo que debería ser un manga y a darte cuenta de que, a veces, lo más extraño puede ser también lo más divertido.

Así que, si te sientes aventurero, si te gusta el sabor de lo inesperado y tienes un sentido del humor un poco oscuro, abre «Chinpotsuki Ijimerarekko». Puede que te sorprendas. Puede que te rías. Puede que te horrorices. Pero lo que es seguro es que no te dejará indiferente. Y quién sabe, tal vez, solo tal vez, encuentres un nuevo placer culposo en tu vida.


