El fenómeno alrededor de Luis Ronaldo Rodríguez, alias «Lazy Boy», en la UFC ha desatado una verdadera guerra en redes sociales. No, no hablo de combates dentro del octágono, sino de la pelea más absurda: ¿de dónde es realmente? ¿De Chiapas o de Veracruz? Porque, por supuesto, en México no se puede simplemente ser de dos lugares. Uno tiene que ser de un solo estado y ese pequeño detalle parece definir toda la trayectoria de un atleta.
Lazy Boy nació en Chiapas, pero se crió en Coatzacoalcos, Veracruz, lo que para algunos veracruzanos lo convierte automáticamente en uno de los suyos. El problema es que Chiapas también quiere reclamarlo como su campeón. Lo curioso es que mientras el peleador sigue sumando victorias, nosotros estamos ocupados peleando sobre cuál es su estado de origen, como si eso afectara sus habilidades dentro de la jaula.
Y como si esto no fuera suficiente, también hay otro debate en curso: si sus peleas están «regaladas». Algunos aseguran que Lazy Boy no merece todos sus triunfos y que debe ser más humilde. Porque en México, ser confiado en tu propio talento rápidamente se convierte en motivo de críticas por «egocéntrico». Pero, ¿acaso el tipo no ha demostrado su capacidad en el octágono, derrotando a peleadores como Denys Bondar y Ode Osbourne? ¡Dale un respiro, Twitter X!.
Ah, y no olvidemos su conexión con Boca del Río. En una movida típica del orgullo local, después de sus victorias, las autoridades del municipio han salido a congratularse por el éxito del peleador, al que consideran uno de los suyos. Lazy Boy incluso ha comenzado a devolver algo de lo que ha ganado, estableciendo academias en Boca del Río para enseñar a los jóvenes lo que él aprendió en su difícil camino a la UFC.
Al final, mientras Ronaldo sigue peleando en las arenas internacionales, nosotros estamos ocupados en estas batallas territoriales y absurdas. Lo importante es que México tiene un nuevo campeón, ya sea de Chiapas, Veracruz, o Boca del Río. Pero claro, en lugar de celebrar sus logros, preferimos discutir sobre estas cosas. Porque, al parecer, eso es lo que realmente importa.
Burrito Rosa 