Cómo Arruinar una Tarde Familiar con Elegancia Nintendo

Imagina esto: has estado planeando la tarde perfecta con tus hijos. Has limpiado la casa, hecho las compras y preparado su comida favorita. La guinda del pastel es la gran sorpresa: ¡un videojuego familiar para que todos puedan reír y disfrutar juntos! Y no cualquier videojuego, sino Super Mario Party, ese juego lleno de mini juegos simpáticos, con gráficos coloridos y adorables personajes de la infancia. Porque, claro, nada dice “diversión en familia” como Mario y su pandilla, ¿verdad?

Pausa dramática.
Aquí es donde Nintendo, con su toque casi maquiavélico, se ríe de ti desde las sombras. Porque, cuando abres la caja, conectas tu consola y agarras esos flamantes controles Pro (que, por supuesto, compraste porque pensabas en la ergonomía y la comodidad de jugar largas horas con tus hijos), descubres que… NO FUNCIONAN CON SUPER MARIO PARTY.

Así es. El maravilloso, costoso y perfectamente diseñado control Pro es básicamente un pisapapeles glorificado en este punto. Porque resulta que Super Mario Party, ese juego de fiestas que supuestamente está hecho para compartir, solo puede jugarse con los diminutos Joy-Con. Sí, esos pequeños controles que te hacen sentir como si estuvieras manipulando una galleta.

¿Te imaginas la escena? Ahí estás, con tus hijos mirándote emocionados, listos para divertirse en familia, y tú, tratando de mantener la compostura, explicando que todos tendrán que jugar con esos pequeños y poco ergonómicos controles. ¿Por qué? Porque Nintendo decidió que así sería más divertido.

¡Spoiler! No lo es.
Mientras luchas por adaptarte a los Joy-Con (¡ay, tus pobres dedos!), tratas de recordar que pagaste no solo por el juego, sino también por ese bendito control Pro que, de alguna manera, ahora parece un chiste cruel. Te preguntas: «¿Qué clase de broma es esta, Nintendo?».

El caos se apodera de la sala. Los niños empiezan a quejarse porque sus manos son demasiado pequeñas para los Joy-Con o porque los botones son difíciles de presionar. Intentas mantener la calma, pero secretamente piensas en todo lo que podrías haber hecho con ese dinero: pizza, más juguetes, una tarde en el parque… ¡hasta el monóculo de Bowser es más útil que esos controles en este momento!

Pero no te preocupes, la verdadera magia de Super Mario Party está en la capacidad de convertir una tarde de alegría en una prueba de paciencia monumental. Todo mientras los diminutos Joy-Con pasan de mano en mano, con un sudor frío recorriendo tu frente, preguntándote cómo algo que debería ser tan sencillo se convirtió en una pesadilla logística.

Ah, Nintendo. Maestros de la nostalgia, y aparentemente también maestros en dejarnos colgando con decisiones tan desconcertantes como esta. Porque ¿quién necesita jugar cómodamente con los mejores controles cuando puedes retorcerte de frustración con un mando que parece diseñado para niños elfos?

Así que, la próxima vez que quieras pasar una tarde familiar con tu flamante Super Mario Party, recuerda: los controles Pro no son invitados a esta fiesta. Y, por supuesto, nunca subestimes el poder de los Joy-Con para arruinar el plan más inocente. Porque en el reino de los hongos, ni siquiera la diversión está garantizada.

Nintendo: 1
Tú: 0
¡Feliz partida!

