Si el stand-up fuera ajedrez, Lucho Mellera sería ese jugador que te deja en jaque sin que te des cuenta. No porque sea agresivo o predecible, sino porque su estilo es una combinación perfecta de astucia, ingenio y ese tipo de lógica absurda que, cuando la entendés, te hace sentir más inteligente de lo que realmente sos. No te preocupes, es un efecto colateral de su comedia.

Este humorista argentino, guionista y, según la ciencia, persona, se ha consolidado como una de las mentes más afiladas del stand-up en español. ¿Cómo lo hizo? Bueno, la fórmula es un misterio, pero involucra observaciones brillantes, timing quirúrgico y una capacidad envidiable para encadenar ideas como si fueran piezas de dominó cayendo en perfecta armonía.
El Método Mellera
Lucho no es de los que gritan en el escenario ni de los que dependen de anécdotas extravagantes para hacer reír. Su magia está en cómo desarma lo cotidiano hasta convertirlo en un rompecabezas de lo absurdo. Cada remate es un problema matemático disfrazado de chiste: te hace trabajar un poco y, cuando la solución aparece, te explota el cerebro de risa.

Su especial en Netflix, Lucho Mellera: Infantiloide, es un buen ejemplo de su estilo. ¿Quién más podría hacerte reflexionar sobre la adultez a través de conceptos como los inflables, los cumpleaños o la lógica de los videojuegos? La clave está en que Lucho no cuenta chistes, sino que los construye con precisión artesanal. Su humor es el de alguien que miró el mundo, lo entendió mejor que vos y ahora te lo explica con ironía quirúrgica.
Un Comediante en la Cima del Meta-Humor
Mellera es de los que te hacen dudar si te está tomando el pelo o si realmente tiene razón. Juega con el lenguaje, con las expectativas del público y con los silencios como si fueran parte de un código secreto que solo él entiende… hasta que vos también lo entendés y te reís como un tonto. Su humor no es solo inteligente, es oportuno, casi como si leyera la mente del público y dijera exactamente lo que necesitaban escuchar, pero no sabían que lo necesitaban.

Pero más allá del ingenio, Mellera entiende algo fundamental: el humor no es solo para hacer reír, es para hacer sentir. Lo dijo en una entrevista con la misma claridad con la que arma sus remates:
«Se suspende el mundo cuando te estás riendo. Que la gente recuerde que son felices, o que se olviden de que no lo son. El humor es un poco eso: posponer la muerte, la angustia.»

Esa es su verdadera genialidad. Su comedia no es solo una distracción, es un refugio. Durante el tiempo que dura su show, el mundo queda en pausa. Y si eso no es magia, no sé qué es.
¿Un Genio del Stand-Up?
La palabra «genio» se usa demasiado, pero en el caso de Mellera, es difícil encontrar una mejor. Su capacidad de transformar lo mundano en comedia de alto calibre es innegable. No es solo gracioso: es estratégico, es fino, es como si cada show fuera una partida de ajedrez donde, inevitablemente, nos hace jaque mate a todos.

Así que, si todavía no viste a Lucho Mellera en acción, hacelo. Es posible que nunca vuelvas a mirar un cumpleaños infantil de la misma manera.

