La historia de cómo la humanidad secuestró a un ángel y lo convirtió en batería gigante
Si creías que el peor crimen de la humanidad era la contaminación, las guerras o la invención de los NFT, déjame presentarte Engine Angel, una historia donde la especie humana, con su infinita capacidad para arruinarlo todo, decide que la mejor forma de recibir la ayuda divina es capturar a un ángel y usarlo como fuente de energía.

Sí, lo leíste bien. No estamos hablando de un sacrificio ritual ni de un pacto místico, sino de literalmente amarrar a un ser celestial a una máquina, sifonearle su poder divino y enchufarlo como si fuera un generador portátil. Porque, claro, si un ángel baja del cielo, la respuesta lógica no es preguntarle qué quiere o agradecerle, sino ver cómo podemos explotarlo industrialmente.
Y así nace Engine Angel, una serie de horror analógico creada por un autor independiente que decidió mezclar biblia, ciencia ficción, apocalipsis y la peor cara del capitalismo en una historia que podría ser el guion de un Doom dirigido por Tarkovsky.
¿De qué trata Engine Angel?
Imagina que el mundo está colapsando. La humanidad está al borde de la extinción, los recursos se acaban y el cambio climático convirtió la Tierra en un infierno (bueno, más de lo que ya es). En un acto de desesperación, la gente reza pidiendo ayuda y, sorprendentemente, funciona. Un ángel, un auténtico mensajero celestial, desciende con la intención de salvarnos.
Pero, en lugar de recibirlo con aplausos, cánticos y ofrendas de gratitud, los humanos lo encadenan y lo conectan a un motor gigante diseñado para drenar su energía divina y usarla como una fuente de milagros industrializados. Lo que básicamente convierte a este pobre ángel en la batería más eficiente jamás creada. El mundo se salva, pero a costa de torturar eternamente a la criatura más pura que jamás haya puesto un pie en la Tierra.
Porque claro, no podíamos simplemente aceptar la ayuda de un ser divino sin convertirlo en un maldito electrodoméstico.
Pero aquí viene el problema: resulta que jugar con lo sagrado tiene consecuencias. El ángel empieza a enviar visiones apocalípticas a una persona específica (probablemente porque los mensajes masivos ya no funcionan, gracias spam) y le pide que lo libere antes de que algo mucho peor suceda.
Porque sí, al parecer hay reglas cósmicas, y encadenar a un ángel no es algo que pase desapercibido en la administración celestial.

Estética y formato: Horror bíblico con sabor a VHS
La historia se presenta como una serie de videos en formato de horror analógico, con imágenes distorsionadas, estética VHS y una vibra general de “esto lo encontraron en una cinta de seguridad de 1984”. Los videos están diseñados para parecer guías de entrenamiento o boletines gubernamentales (porque no hay nada más aterrador que la burocracia).
Cada episodio viene con títulos tan amables y educativos como «Cómo encadenar a un ángel» o «Cómo encontrar el Engine Angel», como si fueran parte de un curso de LinkedIn para aspirantes a inquisidores.
El aspecto visual es generado por inteligencia artificial, lo que hace que los ángeles se vean como una mezcla entre arte sacro renacentista y un mal sueño inducido por fiebre. Esto ha generado cierta controversia entre los que creen que el arte hecho con IA es «una abominación del mal», aunque en este caso encaja perfectamente con el tono perturbador de la historia.
El mundo de Engine Angel: Un apocalipsis con CEO satánico incluido
La ambientación es un futuro posapocalíptico religioso-tecnológico donde el motor angelical está escondido en la Tierra Santa, probablemente bajo Jerusalén, en una instalación secreta protegida por algo llamado «los Olvidados». Estos seres, junto con una entidad conocida como «el Engañador», se encargan de asegurarse de que nadie venga a tocar lo que no debe.
Porque claro, si algo nos enseña la historia es que la humanidad puede ser estúpidamente destructiva, pero siempre hay fuerzas aún más turbias que intentan mantener el caos bajo control.

Y, como si todo esto no fuera suficiente, en un momento dado el propio Presidente de los Estados Unidos interrumpe las transmisiones para anunciar que «el Mal ha llegado» y que se viene una guerra contra algo mucho peor.
Lo que significa que la humanidad no solo jodió al ángel, sino que ahora probablemente ha provocado un Apocalipsis 2.0 Deluxe Edition.
Recepción y culto en internet
Engine Angel se volvió viral rápidamente porque, seamos honestos, la historia es increíblemente buena. Es una de esas ideas que te hacen pensar: «¿Cómo demonios no se le ocurrió esto antes a Hollywood?».
La comunidad de fans ha analizado cada frame, cada imagen y cada pista oculta en los videos, teorizando sobre el verdadero propósito del motor angelical y si realmente el ángel quiere ayudarnos… o si su liberación traerá un castigo aún peor.
Por supuesto, también hubo críticas. Algunos puristas del arte digital odian el uso de inteligencia artificial para generar las imágenes, argumentando que le resta mérito al proyecto. Pero la mayoría del público lo ama precisamente por su atmósfera perturbadora, donde cada imagen se siente como un fragmento de una pesadilla sacada de un manuscrito perdido del Vaticano.
Los fans incluso han propuesto que Engine Angel debería convertirse en un videojuego de terror o en una película, porque claramente la idea da para mucho más que simples videos en TikTok.
Conclusión: La humanidad no aprende nada
Si hay algo que Engine Angel nos deja claro es que, si Dios realmente nos enviara un ángel para salvarnos, probablemente lo capturaríamos, lo enchufaríamos a un motor y luego lo venderíamos como NFT.
La historia mezcla teología, ciencia ficción y horror de una forma brillante, y lo hace con una atmósfera tan opresiva que te deja con una sensación de «estamos jodidos» incluso después de apagar la pantalla.
Y lo mejor de todo es que, a pesar de lo absurdamente oscuro que es el concepto, todo se siente inquietantemente posible. Porque si algo nos ha enseñado la historia humana es que damos miedo cuando nos juntamos en grupos y tomamos decisiones.
Así que, si alguna vez ves un ángel bajando del cielo, corre en la dirección opuesta antes de que los gobiernos decidan que puede alimentar una ciudad entera.

