Spoiler: No es porque la NASA esté “probando el proyector”.

La Luna y su turno extra en el día
Seguramente estabas tan tranquila, viendo videos de gatitos o discutiendo con desconocidos en internet, y de repente… ¡PUM! Ahí está la Luna en pleno cielo azul.
Y tú piensas:
—“¿Pero no se suponía que esto salía solo de noche?”
Pues no, resulta que la Luna es como ese compañero de trabajo que llega a la oficina aunque no le toque turno. No tiene nada mejor que hacer y aparece.

La ciencia aburrida detrás del truco
La explicación real es que la Luna no solo brilla en la oscuridad, sino que refleja la luz del Sol todo el tiempo. Como la Tierra gira y la órbita lunar no está sincronizada perfectamente con el ciclo día/noche, hay momentos en que su posición coincide con el cielo diurno.
En resumen: sí, la ves porque la luz solar le pega y rebota hacia ti, y porque el cielo no es tan opaco como para ocultarla.

Pero entonces… ¿por qué no siempre?
Aquí viene la parte donde tu profe de primaria se reiría en tu cara:
La órbita de la Luna está inclinada unos 5 grados respecto a la órbita de la Tierra, lo que hace que algunas veces esté visible mientras el Sol también lo está, y otras no.
O sea, no es magia, ni un bug visual, ni que “la Matrix” se esté reiniciando. Simplemente, la geometría de la cosa.

Conclusión innecesaria pero obligatoria
La Luna de día es como encontrarte a tu vecino en el supermercado a las 7 de la mañana: no lo esperabas, pero ahí está, iluminado y en todo su esplendor.
La próxima vez que la veas, en vez de gritar “¡Fake!”, recuerda que es completamente normal, y que no hay ningún operario bajando del cielo para quitarla a las 6:59 pm.

