Google ¿Una Muerte Anunciada?

Google ha muerto (pero nadie fue al funeral porque estaban preguntándole a ChatGPT si era buena idea ir)
por la voz de tu conciencia que ya no necesita buscar en foros de Yahoo Respuestas


Hubo una época dorada en la que “googlear” era una habilidad. Entrabas, escribías media pregunta mal redactada, y Google te tiraba 4 páginas de enlaces llenos de virus, reseñas falsas y foros abandonados del 2009.
Y tú escogías. Investigabas. Rascabas internet como un arqueólogo buscando oro entre toneladas de spam.
Ahora… la gente solo abre ChatGPT y pregunta:

“¿Qué es el amor?”
“¿Cuántos pelos tiene un gato?”
“¿Puedo morirme si me como cinco Yakults?”

Y lo peor… la IA responde. Sin pestañear. Sin cookies. Sin diez pestañas abiertas. Sin vida, pero con estilo.


Google, ¿te presento a tu reemplazo?

Imagínate ser Google:
20 años recopilando datos, indexando millones de páginas, perfeccionando algoritmos para entender si cuando alguien escribe “pollo rostisado receta sin horno” se refiere a comida o a una amenaza.
Y de pronto llega este ente, este chatbot con voz suave y respuestas ordenadas en bullet points, y la gente prefiere hablar con eso que contigo.

No es que Google no funcione. Es que dejó de ser sexy. Nadie quiere ir a leer blogs con banners gigantes. Nadie quiere pensar.
La gente quiere que una IA les lea la mente, les resuma 4 libros y les diga si su ex los está stalkeando. En un mensaje.
Y eso… eso ya no lo da Google.


¿Visitar sitios web? Jajaja, qué retro

Años de trabajo de periodistas, científicos, bloggers y señores que escriben artículos larguísimos sobre cómo plantar cilantro en interiores…
Todo ignorado.
Porque ahora solo preguntan:

“ChatGPT, ¿cómo plantar cilantro?”

Y ya. Respuesta instantánea. Sin hacer scroll. Sin cerrar ventanas de “acepta las cookies” o “suscríbete para leer el resto”.
Los sitios web están muriendo porque tú, sí tú, dejas de visitarlos.

Y Google, que vive de ser un faro hacia esos sitios, se está quedando sin faro, sin barcos y sin mar.


El algoritmo grita, pero nadie lo escucha

YouTube, Maps, Google Noticias… todos están nerviosos. Google ya no quiere ser solo un buscador, ahora intenta serlo todo. Te mete respuestas rápidas, paneles de IA, resultados generados, resúmenes.
Pero el problema no es lo que Google hace, es que ya no lo queremos.

Preferimos una conversación con un chatbot. Aunque a veces se equivoque. Aunque invente cosas.
Porque responde con confianza.
Y la confianza vende.


¿Quién lo mató?

Tú. Yo. Todos.
La muerte de Google no fue una guerra. Fue una rendición silenciosa. Un abandono masivo.
Dejamos de googlear y empezamos a “chatear”.
Antes decías:

“Voy a buscarlo.”
Ahora dices:
“Déjale pregunto al chat.”
Y ese cambio, por mínimo que suene, fue un disparo en la cabeza a todo el ecosistema de la web como la conocíamos.


Epílogo innecesariamente dramático

Google no va a desaparecer mañana. Pero ya no es el centro.
Ahora es como el papá divorciado que todavía paga el internet, pero ya nadie le pregunta nada.
Y mientras él sigue intentando mejorar sus respuestas, más y más usuarios llegan aquí, a esta nueva religión conversacional, y confiesan:

“Oye, ¿es malo no usar Google?”
Y la IA responde:
“Tranquilo. Yo estoy aquí para ti.”

Y así, sin avisar, los motores de búsqueda fueron suplantados por motores de compañía.
Porque al parecer, lo que la humanidad quería no era información.

Era que alguien por fin les respondiera.


Fin.
Y si quieres saber si esto es real o no… no lo googlees.

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